Lo mejor de la comida sin lugar a duda es el sabor, pero no podemos negar que todo primero entra por los ojos y es la fotografía gastronómica la que le ayuda a las marcas a plasmar de forma vívida la explosión y fusión de sabores que tienen sus platillos.
Para realizarla, primero debes conocer que la presentación lo es todo y esta presentación tiene que atraer a tu público, pues no es lo mismo fotografiar un cevichito en la playa que una lasagna en el mismo escenario. Así que antes de realizarla siempre se requerirá de PLANEACIÓN.
Puntos claves en la fotografía gastronómica
El ángulo y los planos:
Un buen fotógrafo sabrá qué ángulos enaltecen y favorecen a tus platillos. Al igual que los planos en los que puedes incluir desde fotografías cerradas en un solo plato hasta fotografías generales con varios platos de comida.
La locación: Un platillo puede ser fotografiado en el propio local o hasta en un fondo blanco, sea cual sea el lugar; éste debe ser pensado siempre en lo que se quiere plasmar y el uso que se le dará.
La iluminación: hará que los colores y texturas de cada platillo se intensifiquen y persuadan hasta los paladares más dudosos.
El tiempo:
Si se retratarán comidas calientes, es mejor apresurarse y planear con tiempo la iluminación, locación y ángulos pues si se enfría antes, la foto no saldrá tan apetitosa como se desea.
El equipo:
No solo existen fotógrafos, los asistentes se encargan de dejar el espacio a fotografiar listo, apoyar con los rebotadores y hasta preparar a los modelos si es que se hacen fotografías con personas.
Ahora ya sabes un poco más sobre el trabajo que se realiza en una sesión de fotografía gastronómica.
Por eso te compartimos unos deliciosos platillos capturados en unas de muestras muchas sesiones ¡Qué los disfrutes!
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