Gran parte de nosotros, en algún momento de nuestras vidas, hemos caído en el infortunio de compartir una publicación falsa, ya sea un texto, una imagen, o, una encuesta electoral. Suele suceder que nos comparten algo por whatsapp o vemos algo en facebook, y usted, lo vuelve a compartir a parte de sus contactos. Claro, tal vez usted piense ¿Por qué nos mentirían? Ah, pero intereses, hay muchos.

Centrémonos solamente en las encuestas electorales. ¿Cómo saber si son verdaderas o no? He aquí algunos consejos a seguir para las próximas elecciones:

1. Verifica la fuente. ¿De dónde proviene esa encuesta? ¿Qué medio la lanzó? ¿Quién la hizo? ¿Salió en algún medio de renombre? ¿O de una página “X” de internet con pocos seguidores o sesgada por un candidato?

2. Verifica que tenga una ficha técnica en donde se señale:

• La ubicación geográfica donde se realizó

• La fecha o fechas en las que se realizó.

• La muestra total (a cuántas personas encuestaron).

• Y cómo fue realizada (por internet, llamadas, encuesta en hogares, etc.)

3. Revisa a todos los candidatos que figuran en la encuesta. Suele ocurrir, que a veces nos encontramos en los primeros lugares (o más estratégicamente, al medio) candidatos de los que jamás habíamos escuchado. Si es así, lo más probable es que esa encuesta haya sido pagada por estos candidatos sorpresa.

4. Revisa si la encuesta que viste tiene sentido de acuerdo a otras encuestas recientes y de mayor credibilidad que hayas visto publicadas en otros medios. Si el resultado es muy diferente, lo más probable es que sea falsa.

¿Cómo operan las encuestadoras?

Las encuestadoras cometen muchos errores. Les digo por experiencia. Es muy difícil contratar y confiar en los encuestadores, muchos de ellos, es probable que hagan un mal trabajo. Otro dato interesante es que es más difícil encuestar en una zona urbana costosa llena de edificios y personas “muy apuradas” que en una zona más humilde, con casitas de un piso y personas más dispuestas y curiosas. Las elecciones pasadas se equivocaron con lo del Frepap y ahora, con Castillo. No lo vieron venir. Nadie lo hizo. Todos nos sumergimos en nuestra burbuja de datos móviles a pelearnos por nuestros candidatos. Mientras que los Castillenses, jinetes a ritmo de carnavales, seguían avanzando firmes sin dar bola a ningún meme, entrevistas televisivas, trolls, etc, etc.

Con este último antecedente la gran pregunta es: ¿puedo volver a confiar en una encuesta? La respuesta, ayer, hoy y mañana, es NO. Una nunca debe confiar ciegamente en una encuesta, pues lo único que hacen es desviarnos del tema central de una elección: el libre albedrío de escoger a un candidato que nos represente por sus ideales, experiencia, plan y propuestas.

Aún por más limpia digamos que sea un estudio electoral, siempre se cometerán errores, y muy pocas organizaciones, empresas o candidatos tienen el presupuesto suficiente como para hacer un mapeo completo del Perú como para así brindarnos datos y números más fehacientes. Usualmente el tamaño de muestra que usan tiene un aproximado de 1000 personas, MIL! De un país de más de 25 millones de electores.

¿Y cómo puedo yo direccionar una encuesta?

Pues… Súper fácil. Hay muchas maneras de hacerlo. Por ejemplo: puedo elegir regiones y distritos de aplicación de las encuestas que sé que apoyan a cierto candidato. Por ejemplo, si fuese Keiko estaríamos hablando de Piura, y los distritos C, D y E. O, puedo DEJAR de encuestar a cierto sector para hacer pasar desapercibido a un candidato en específico, como lo que ocurrió con Pedro Castillo.

Como diría un ex candidato porcino, LA MERMELADA ESTÁ SERVIDA.

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